El Convento de las Monjas Capuchinas
Antiguo Convento de Monjas Bernardas
Con licencia del Papa Paulo Tercero, dada en Fulgencio el 20 de Septiembre de 1529, y siendo Arzobispo de Toledo don Juan Tabera, que también era Cardenal de Roma, fundaron el Monasterio de Religiosas de la Orden de San Bernardo de la villa de Pinto los Licenciados don Blas Martínez del Peral, y Pedro Alonso Ramos, sacerdotes de vida ejemplar, de los más calificados y ricos de aquel pueblo, los cuales siendo celosos del bien de algunas doncellas que querían ser religiosas, emplearon toda su hacienda en esta obra para que aquellas que fuesen pobres y virtuosas pudieran responder a su vocación.
Sus fundadoras fueron María de la Madre de Dios, monja del Monasterio de la villa de Yepes, de gran santidad, y tres hermanas suyas, doña María, doña Mencia y doña Constanca Barroso, del Monasterio de Santo Domingo el antiguo de Toledo.
Permanecieron en este pueblo con notable ejemplo de virtud, penitencia y mortificación. Al ser tan húmedo el lugar, enfermaban las monjas y morían. Informado al Arzobispo de Toledo, y con acuerdo de todo el Convento y beneplácito de los Patrones, se dio licencia para trasladarse a la villa de Madrid el 22 de agosto de 1588 por lo enfermo de su situación. El traslado a Madrid se realizó el 9 de septiembre del mismo año.
El traslado de Pinto a Madrid
Cuando se trasladaron desde el convento de Pinto a la villa de Madrid, y teniendo prevenidas tres imágenes de nuestra Señora para traerlas, por tres veces se les olvidó una de ellas, la imagen de Nuestra Señora de la Asunción, actual Patrona de Pinto que quedó para siempre en nuestro municipio.
Las Monjas Bernardas se trasladaron a un convento en la Carrera de San Jerónimo y allí estuvieron hasta 1837. Con la supresión de las comunidades religiosas y la desamortización de los bienes del clero regular y secular, quedaron vacíos multitud de conventos. Ese año el convento fue demolido y el solar que ocupaba fue vendido, y en su lugar se construyeron tres casas. Las Monjas pasaron al Convento del Sacramento de Madrid. En estos dos siglos y medio de estancia en Madrid se las conoció como “Las Monjas de Pinto”. Incluso el barrio donde estaba enclavado el monasterio se le conoció como Barrio de las Monjas de Pinto, como podemos observar en la obra “Plano de la villa y corte de Madrid, en sesenta y cuatro láminas” de D. Fausto Martínez de la Torre y D. Josef Asensio, de 1800. El convento ocupaba el número 20 de la manzana 220.
El convento de Madrid era un edificio muy poco notable, y su iglesia, pobre y desnuda de adornos; pero su jardín accesorio comprendía 66.779 pies entre la Carrera de San Jerónimo y la calle del Baño. En este convento se conservó el cuerpo de su fundadora, entero e incorrupto, según escribió Quintana en sus Grandezas de Madrid.
Convento de Monjas Capuchinas
El Convento de las Hermanas de San Francisco, o de las Capuchinas como comúnmente se las conoce, se fundó a expensas del primer marqués de Castrofuerte, don Pedro Pacheco y Chacón, en virtud de una promesa hecha a su primera esposa, Francisca Sarmiento y Pessoa.
El marqués, que era hermano de Luis Carrillo de Toledo, primer conde de Pinto, había prometido la construcción de un convento, pero finalmente restauró el Monasterio que habían abandonado las religiosas Bernardas e instaló allí a las nuevas religiosas que llegaron el 13 de junio de 1639. Pinto llevaba mucho tiempo sin lluvias y sus vecinos estaban muy preocupados “por tan gran aprieto y necesidad“. Al llegar las religiosas la lluvia fue tan copiosa “que las calles parecían ríos, y se continuó por toda la noche el agua y el día siguiente…” El vecindario atribuyó a las monjas la salvación de la gran sequía y se realizaron festejos que duraron varios días.
Las monjas Capuchinas pertenecen a una orden contemplativa cuyas austeras reglas no le permiten salir al mundo exterior, salvo en especiales circunstancias y con una dispensa oficial. Viven en extrema pobreza manteniéndose con su trabajo y con los donativos de la gente piadosa.
Posteriormente, el marqués de Castrofuerte ordenó la construcción de la iglesia adosada al convento, ya que la capilla que dejaron las monjas Bernardas no le pareció adecuada por encontrarse en estado ruinoso. Las obras de construcción terminaron en 1703 y corrieron a cargo de Juan Cabello. El convento actual es de reciente configuración. Solamente se conserva del siglo XVII la Iglesia, que fue incoada Bien de Interés Cultural por la Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas con fecha 23 de septiembre de 1982, con la categoría de monumento. En octubre de 2010, la Comunidad de Madrid incluyó a la iglesia del convento de las Capuchinas dentro del inventario de Bienes Culturales de la Comunidad de Madrid, lo que asegura una mejor conservación del edificio y una protección especial para el entorno.
Descripción
Se trata de un edificio sobrio, sin apenas vanos ni elementos decorativos, a excepción de la alternancia de mampostería y ladrillo en los muros y el atrio exterior en la cara este.
En el interior, presenta planta de cruz latina y está cubierta con bóveda de cañón con lunetos. Los muros se articulan por medio de pilastras toscanas y arcos de medio punto. Se observan en el interior las rejas de clausura en el presbiterio para que la comunidad de Capuchinas asista a las ceremonias religiosas, y un coro alto a los pies. El conjunto está coronado con una cúpula que no se advierte desde el exterior. En el presbiterio se conserva un retablo barroco del siglo XVIII y también la imagen de Nuestra Señora de la Asunción, patrona de la villa de Pinto, a la que se pasea en procesión en las fiestas patronales que celebramos en el mes de agosto.
Obras notables
En 1927 hubo una exposición franciscana en la que fue expuesta la obra La Piedad, del Divino Morales. Esta obra del siglo XVI, propiedad de las monjas capuchinas, muestra a una Madre dolorosa que sostiene en sus brazos el cuerpo muerto de su divino Hijo. Esta tabla, pintada por Luis Morales, el Divino, que nunca mejor que en este cuadro mereció ese excelso calificativo, se conservó en el convento de Pinto al que perteneció la obra y según la tradición, ésta fue pintada por Morales con destino a dicha santa casa. Imaginamos que la obra permanecerá en el convento, aunque no está expuesta en la iglesia.
Otra de las obras destacables del interior del convento es una escultura de madera pintada, del siglo XVII, que representa, de pie, a San Benito de Palermo, vulgarmente llamado el Santo Negro. En la mano derecha lleva un crucifijo, y en la izquierda, un corazón. La altura de la talla, con su peana, alcanza 1,32 ms.
Otras piezas interesantes son las cuatro mesas de refectorio, largas y estrechas, de pino, cubiertas con azulejos de Talavera, decorados en azul, con adornos y escudos de la Orden franciscana. Están firmadas por M. Díaz y fechadas en 1745.
1 Comment
Señor Coronas, yo soy americana. Gracias por la información acerca del las monjas de Pinto. Yo no sé si ellas era el monisterio solo de las capuchinas del siglo XVIII. En 1725 las Religiosas Capuchinas de Madrid envisron seis monjas a Gustemala para fundar un convento de su orden. ¿Sabe ud. si era el mismo grupo? Cuando las monjas dejaron del convento del Sacramento en los 1960s, sabe dónde se fueron? Yo quiero encontrar los archivos del convento.
Thank you Mr. Coronas for the informstin about the nuns of Pinto. Were they the only Convent of Caouchinas? In 1725 Las Religiosas Capuchinas de Madrid sent six nuns to Gustemals. Weree those two the same group? I would like to find the archives when I am in Madrid if they are available. Do you know where the nuns moved to when they left the convent of the Sacrament?
Thank you for your help.