La Plaza de la Constitución de Pinto
Una de las zonas más emblemáticas de nuestro municipio es la Plaza de la Constitución, que sigue el patrón de la arquitectura autóctona castellana y que, sin duda, es una de las maravillas de nuestro municipio. Pinto fue una villa típicamente castellana dedicada a la agricultura, con viviendas rurales, edificios señoriales y fundaciones religiosas. Sus edificaciones con estructura de madera, encaladas y cubiertas de teja árabe, con accesos a corrales, patios o cocheras que adivinaban las antiguas dependencias de carácter agropecuario, convivían con las grandes casas señoriales de nobles e hidalgos.
El nombre de la plaza se debe a la Constitución de 1812, conocida popularmente como “La Pepa”, ya que en el plano más antiguo conocido, que data de 1858, ya aparece la plaza con el nombre de Plaza de la Constitución.
La plaza de la Constitución está compuesta de varias edificaciones de dos pisos con soportal, el inferior, y la galería corrida, el superior. Algunas de estas construcciones han subsistido y nos indican que originalmente debían estar realizadas con entramado de madera: pie derecho, zapata y viga y cubierta con teja árabe.
Las nuevas construcciones han variado sensiblemente la configuración original, llamando la atención la fachada norte con sus arcadas encaladas o el nuevo Ayuntamiento, levantado en 1954, que han modificado la estructura original
La plaza porticada de Pinto ha sido a lo largo de su historia el tradicional emplazamiento de la casa consistorial siendo el foro administrativo por excelencia de la villa y un lugar destacado de encuentro. Era conocida como Plaza del Mercado por ser el lugar destinado al comercio desde el siglo XV. Hoy en día, son numerosas las casas y equipamientos que dan cuadratura a la plaza y que forman parte de la administración local, como la Jefatura de la Policia Local en la antigua Posada Real, la casa de la mujer Rosario de Acuña, el edificio de los Servicios Técnicos o la antigua sede de la Cruz Roja en el edificio del viejo Ayuntamiento, hoy en estado de ruina.
La plaza como corazón del municipio también ha sido mercado de abastos, punto de encuentro para actos sociales y antiguamente era el espacio donde se celebraban capeas, becerradas y corridas de toros. Para ello se construía todos los años el coso taurino en la actual plaza, cuyo redondel era formado con carros y algunos tablados construidos con tableros viejos. Podemos observar este hecho en el grabado realizado por Vierge en la villa de Pinto en 1872.
El viejo Ayuntamiento tenía sobre su tejado un reloj monumental de torre instalado por el constructor Antonio Canseco el 14 de agosto de 1886. Este edificio fue herido por una bomba de aviación el 2 de noviembre de 1936, antes de la entrada de las tropas nacionales, terminando así con medio siglo de historia del emblemático reloj. Desde el corredor del viejo ayuntamiento, fueron arrojados a la plaza legajos y manuscritos antiguos que amontonados fuera de los soportales de la puerta de entrada del edificio fueron consumidos en una absurda hoguera. El archivo municipal y con él la historia de la villa, se convirtió en cenizas.
Posteriormente, las autoridades locales decidieron trasladar el antiguo Ayuntamiento a un emplazamiento más grande y espacioso. El lugar elegido fue el ocupado por el antiguo Depósito Municipal, que tras unas obras de derribo y nueva construcción se inauguró el 1 de junio de 1954. El edificio fue construido por la Jefatura Provincial del Movimiento con destino a Casa Consistorial. Al acto asistieron diversas autoridades bajo la presidencia del gobernador civil saliente, D. Carlos Ruiz.
En 1957 la plaza se convierte en el lugar que ocupará la primera parada de taxis de Pinto.
La Plaza de la Constitución podría ser el núcleo que dio origen a la formación del municipio, cuyos orígenes podrían remontarse a la baja Edad Media. Durante gran parte del siglo XX la plaza era de tierra con una farola en el centro y una fuente de agua, a la que acudían muchos vecinos con cántaros en la cabeza o en la cadera. A principios de los años 70, el Ayuntamiento construyó sobre una elevación del terreno un parque o parterre en el centro de la plaza que fue financiado por los vecinos de la zona centro. Esta obra, con zonas verdes y bancos sobre una superficie elevada, rompió por completo con la fisionomía histórica de la plaza castellana hasta que felizmente se recuperó en el año 2002, adquiriendo el aspecto actual y recuperando la identidad del municipio de espacio abierto. El pavimento empleado confiere cohesión y se extiende como un tapiz armónico, en cuyo espacio central se halla tallado un plano del municipio.
3 Comments
Muchas gracias por vuestros comentarios. Seguiremos en esta labor de investigación, descubriendo y difundiendo la historia de Pinto.
Mario Coronas, sin duda uno de los mejores historiadores que tiene Pinto en la actualidad. Es una pena que no te valoren como te mereces y que ya no escribas en Lavoz. Ha sido una gran pérdida y lo peor de todo es que los que han tenido la culpa no van a pagar por ello.
Mario Corona. Excelente reportaje, Gracias por escribir en la voz de Pinto.