Club de la lectura: “Vista del amanecer en el trópico”
El Club de la Lectura de Trilce nos invita a participar Mañana martes 15 de marzo, a las 11.00 hs, al debate sobre este texto del escritor, periodista y crítico de cine Guillermo Cabrera Infante.
La vida de este escritor gira en torno a Cuba, a la que se trasladó en 1941 con su familia a La Habana y allí empieza a escribir, por lo que abandona sus estudios de Medicina y comienza a trabajar en diversos oficios. Ingresó en 1950 en la Escuela de Periodismo de Cuba, pues ya empezaba a descubrir que sus aficiones, la literatura y el cine, serían las pasiones a las que dedicaría su vida.
En 1951 funda la Cinemateca de Cuba junto a Néstor Almendros y Tomás Gutiérrez Alea, y lo dirige hasta 1956. Trabaja como crítico de cine con el seudónimo de G. Caín desde 1954, en el semanario Carteles, del que tres años más tarde sería redactor-jefe.
En 1959, tras el cambio político en Cuba, se le nombra director del Consejo Nacional de Cultura y, a la vez, subdirector del diario Revolución. Poco después es director del magazine cultural cubanoLunes de revolución, desde su fundación hasta su clausura en 1961…
Tras la llegada al poder de Fidel CAstro en 1959, Cabrera Infante, que había apoyado la Revolución Cubana, fue nombrado director del Consejo Nacional de Cultura, ejecutivo del Instituto del Cine y subdirector del diario Revolución (actual Granma), encargándose de su suplemento literario, Lunes de Revolución, en el que pretendía llevar a cabo los sueños de libertad y desarrollo cultural de la revolución.
Sin embargo, sus relaciones con el régimen pronto se deterioraron y Cabrera Infante fue enviado a Bruselas en 1962 como agregado cultural de la embajada cubana
“Vista del amanecer en el trópico”
El libro se publicó originalmente en 1974. Consta de 120 páginas con 101 breves imágenes que se nos ofrecen a manera de unslide show sobre la historia de Cuba.
Su brevedad no disminuye en nada su intensidad, mas bien a veces se hace necesaria una pausa entre una y otra a fin de poder apreciarlas con propiedad y no perderse las resonancias históricas o sociales. Cierto es que difícilmente por estos lares podremos captar en su totalidad las implicancias de cada una, o manejarlas dentro de su adecuado entorno y sistema de referencias, pues la mayoría desconocemos casi todo sobre la historia de Cuba y poner nombre a todos los personajes que desfilan ante nuestros ojos no es algo a nuestro alcance. Pero el que los personajes nos resulten anónimos no dificulta la comprensión de las situaciones ni el percibir la emotividad contenida en estas imágenes descritas en tan pocas palabras.