Bomberos, un cuerpo de seguridad que va más allá de la extinción de incendios

No ha sido un sábado más. No ha sido una entrevista como las demás. Hoy hemos resuelto muchas dudas. Hoy hemos conocido cómo se preparan y cómo trabajan el Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid con un único objetivo, ¡salvar vidas!, las nuestras.

También hemos conocido una faceta desconocida. Nos han mostrado su lado más humano, ese lado que no se ve en la televisión, que queda oculto bajo el pesado traje, el casco y la máscara. Son mucho más que un equipo perfectamente coordinado, son una gran familia.

El Parque de Bomberos de Parla presta servicio a los vecinos de las localidades de todo el área de influencia del municipio, entre ellas, Pinto. Poco más de 5 minutos separan el Parque de Bomberos de nuestro Municipio, lo hemos medido, en coche particular y sin sirenas.

¡Están muy cerca!

“Pinto es un Municipio privilegiado. Está situado en el radio de acción de tres Parques de Bomberos: Parla, Valdemoro y Getafe. Estos tres parques son los encargados de acudir ante una emergencia en un tiempo récord”

En muchas ocasiones, nos hemos preguntado cuánto tardan en llegar… Ahora lo sabemos. Desde los Parques de Parla y Valdemoro, los dos que se activan en primer lugar por cercanía, el tiempo aproximado en llegar al municipio de Pinto es de tan sólo unos 5 minutos. Si estos dos parques no pudieran acudir por estar destinados en otras emergencias, desde el parque de Getafe tardan 8 minutos.

A esos minutos, hay que sumarles el tiempo que tardan desde que reciben el aviso del 112 hasta que salen con toda la equipación necesaria. Independientemente de la emergencia, nunca es más de 1 minuto. Si la emergencia es de tráfico o en una vivienda, el tiempo de reacción es de 30 segundos.

¡En 6 minutos están en Pinto!

Un sábado cualquiera en el Parque de Bomberos de Parla

Una jornada laboral para un turno compuesto por 12 bomberos, abarca 24 horas seguidas. Por ello, no es de extrañar que el parque sea para ellos su segunda casa y los compañeros formen parte de su familia. Entre ellos se establece una relación muy especial que se nota nada más llegar. El buen ambiente y el compañerismo se percibe desde que llegas al parque a través de sus conversaciones, su complicidad, sus bromas y su buen humor. Esa parte desconocida y humana que no nos suele llegar a los ciudadanos.

Son 24 horas en las que, independientemente de que haya o no avisos, no se para nunca, se aprovechan al máximo. Durante ese tiempo continúan ampliando su formación y su preparación física. Cuando ocurre una emergencia, nada puede fallar o dejarse al azar.

Comienza la jornada...

El día está programado de principio a fin, con una rutina imprescindible, pero dando siempre prioridad a las posibles intervenciones que puedan surgir en cualquier momento.

A las 8:45 comienza el movimiento en el parque con el cambio de turno. Son 15 minutos en el que ambos turnos se solapan y en los que el turno saliente informa de las novedades al entrante.

9:00 La jornada para un turno arranca con la primera reunión del día. El mando indica qué puesto ocupará cada uno de ellos. Se establecen los mandos, conductores, bomberos, quienes van en primera o segunda salida, el equipo de apoyo… Posteriormente toda esta información se envía al CECOP, que pertenece al servicio de emergencias 112.

9:30 Revisión de equipación, vehículos y  material. Uno a uno se revisan los vehículos y el material que porta cada uno de ellos, asegurándose así que todo está listo para una posible intervención y poder salir con la máxima celeridad. Y es sábado, así que toca limpieza de vehículos y del parque.

11:00 Hora del desayuno. Durante las primeras horas ya habíamos notado el buen ambiente que reina en el parque, pero, por si quedaba alguna duda, pasar un rato en el comedor con ellos lo confirma. Son, sin duda, una gran familia.

A partir de las 12:00 se prepara una maniobra. En este tipo de ejercicios se realizan diferentes prácticas y se establecen protocolos a seguir con el objetivo de afianzar y mejorar cualquier servicio de urgencia.  En una primera parte, un miembro del equipo plantea una situación de riesgo y la resolución más efectiva de manera teórica. A continuación, realizan una simulación de la intervención utilizando los mismos medios que requeriría un servicio real. Es un entrenamiento en el que desarrollan todo tipo de situaciones que puedan surgir: rescate de personas, accidentes de tráfico, procedimientos de cuerdas en la torre de entrenamiento… Se trata de interiorizar y mejorar todos los pasos y maniobras que se desarrollarían en una emergencia real, de manera que, llegado el momento, no se deje nada al azar y se realice de la manera más eficiente posible y minimizando los riesgos.

Tras la comida, y siguiendo el horario establecido, las tardes continúan con la teoría, las prácticas y las sesiones de entrenamiento en el gimnasio. Su condición física y mental es imprescindible. A la complicada carga emocional que supone enfrentarse a diferentes peligros en cada intervención, se une la necesidad de tener una condición óptima en lo que a la condición física se refiere. Cada una de las equipaciones que llevan, en ocasiones durante horas y horas, supone 25 kilos extra. También se revisan y limpian de nuevo los equipos y vehículos, especialmente aquellos que hayan vuelto de una intervención, se llenan de combustible y se vuelven a probar.

Al llegar la noche, llega el momento más complicado. La noche para ellos no es sinónimo de descanso o sueño reparador. En cualquier momento puede activarse la alarma y hay que salir en el menor tiempo posible.

“Cuando salta una chispa y el fuego amenaza la vida de las personas, cuando hay que socorrer víctimas de un accidente de tráfico, cuando se produce una inundación… se activa la alarma”

 

Agradecimientos:

Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid, en especial a los miembros del Parque de Bomberos de Parla.

Jesús Ors, voz en off