Desmontando falacias ciudadanas
Allá por 2013, tras oír el mensaje moderado, centrista y conciliador de Albert Rivera, pensé que había nacido una nueva opción política válida, que hablaba de la unión de España, de acabar con los bandos, de ser transparentes y honrados, de trabajar por y para el pueblo, etc. En aquel momento, pensé que me gustaba este proyecto, que valía la pena estudiarlo y unirse.
Hace tres años, a través de los medios de comunicación locales, me enteré de la celebración de un Café Ciudadano y pensé que era una buena ocasión para conocer, de primera mano, el proyecto y a la gente que lo componía en el ámbito local, el más próximo.
En ese café, conocí lo que se estaba haciendo a nivel local, conocí a parte de sus integrantes, su ilusión, sus ganas y sus esfuerzos y decidí unirme, para trabajar y aprender, y formar parte de ese grupo de personas que estábamos de acuerdo en la necesidad de trabajar por los ciudadanos, de aportar mi experiencia y mi ilusión a que las cosas pudiesen ser mejores.
A partir de ese momento, me convertí en un defensor de este proyecto ilusionante, y empecé a trabajar. Participé en todo lo que se me requería (carpas, cafés, jurado, etc.) y me formé con el seguimiento al grupo de concejales, trabajando paralelamente y como siempre en el movimiento asociativo, algo intrínseco en mi y que nunca dejaré de hacer.
Fue mi vocación a los servicios sociales, al voluntariado y mi activismo, lo que hizo que confiaran en mí para que fuese yo quien representara a la agrupación municipal en las relaciones institucionales con las Asociaciones, algo que hice con gusto y muchísima ilusión. Fui en representación de Cs Pinto a los Consejos Sectoriales, a las Ferias asociativas y vecinales y me reuní con las asociaciones cuando fue necesario.
Hoy, hay quien pueda decir que este artículo es producto del despecho por no ir en las listas electorales, y por eso lo escribo, para dejar claro que no es así, es desmontar una falacia, una mentira, que yo mismo me creí en su día.
Obviamente, a lo largo de estos tres años, se incrementó mi ilusión de trabajar por Pinto, y mi deseo de ir en las listas electorales para continuar con el trabajo realizado estos años. De hecho, desde Febrero del año pasado, la agrupación estuvimos trabajando en la confección del programa electoral, aportando todas aquellas ideas que pensáramos que podían beneficiar a nuestros vecinos. Todavía recuerdo los comentarios de algunos compañeros mofándose de la nula atracción turística que tenía Pinto, Que poca visión tuve entonces.
La confección de la lista electoral, como ya se ha hecho eco algún medio de comunicación, ha sido un cúmulo de despropósitos y dedazos, sin criterio de valoración por el trabajo realizado o la preparación de los componentes de la misma. Y no me refiero a títulos académicos, sino a la formación para trabajar por y para Pinto. Además, incumplía lo más básico en un partido, sus Estatutos, que dicen que la coordinadora de una agrupación no puede optar a cargo público.
Ante esta confección de lista, que muchos no entendimos, decidí por dignidad personal y política dejar el proyecto, que con tanta ilusión inicié y trabajé. Fue tanto el descontento general, que la agrupación se vació y se quedaban sin gente que hiciese el trabajo, por lo que tuvieron que mantenerla como fuera. ¿Cómo lo hicieron? Prometiendo cargos futuros, de confianza o dentro de la nueva agrupación que se formará después de las elecciones. Al igual que hicieron conmigo, que para que no me fuera, me tentaron con ponerme de cabeza de lista en otro municipio más pequeño o mejorar mi posición en la lista en municipios aledaños. En ese momento mi ilusión se vino abajo…
¿Qué era esto? ¿Un reparto de cromos? ¿Yo te cambio por este y a este le cambio por ti? ¿No era Pinto la prioridad de la agrupación? Es evidente que NO. Entendí que Pinto era lo último que les importaba. Yo he trabajado por PINTO, yo elegí vivir aquí y quería mejorar el municipio, seguir trabajando con el movimiento asociativo y hacer de Pinto un sitio mejor. No todo valía.
Para acallar esas malas lenguas que nos exigen silencio, para dejar claro que no es cuestión de ir o no en las listas (si fuese eso, hubiese aceptado su propuesta), es simplemente para informar desde mi experiencia lo que la Agrupación de Ciudadanos Pinto ha hecho con sus bases, con todos, ya que no sólo he sido yo el dañado y perjudicado. Todo aquel que se movía, no salía en la foto.