El año en que vivimos ilusionadamente
Estos días, entre compras navideñas y preparativos de fastos familiares, despedimos uno de los años más agitados e ilusionantes que recuerdo. En lo personal, el nacimiento de mi segundo hijo, junto con un coqueteo con la enfermedad, me ha hecho reflexionar sobre el mundo que hay a mi alrededor y sobre lo que quiero que sea el mundo en el que mis hijos vivan. Me hizo pensar en la forma de conseguirlo y me di cuenta de que no vale con limitarte a pequeñas intervenciones en el mundo que nos rodea, ya sea en tu entorno de trabajo o en una asociación en tu barrio, o a opinar y debatir sobre las ideas políticas de uno u otro o sobre las políticas que otros ponen en práctica y que afectan directamente a nuestra vida. Llegué a la conclusión de que es imprescindible, si se quiere transformar el mundo en el que vivimos, pasar a ser partícipe de ese cambio y poder aportar desde los principios políticos, éticos y morales de cada uno nuestro granito de arena para que esta sociedad tenga una transformación real que la convierta en más justa y más sostenible para nuestros hijos. Por eso decidí comenzar a buscar una organización que se ajustase a esos principios en los que siempre creí. Llegué también a la conclusión de que la mejor forma de aportar y de transformar en la medida de lo posible mi pedazo de sociedad era el plano municipal, que es el ámbito en el que esos cambios son más tangibles y donde es más fácil poder actuar para los ciudadanos de a pie como yo. Y en ese ámbito, la única opción política que aunaba los principios políticos de justicia social, defensa de los servicios públicos, defensa de los más desfavorecidos, del medio ambiente, es decir de los valores de izquierda que desde bien pequeño me enseñaron a defender, junto con una organización que fomentaba la participación y la toma de decisiones consensuadas de sus miembros era el Movimiento de Izquierda Alternativa de Pinto, lo que me ha hecho acercarme a esta organización y donde he sido recibido desde un principio como si llevara toda la vida en ella.
En el escenario nacional, el panorama político se ha visto alterado por la irrupción de movimientos políticos y sociales que han dinamitado el orden establecido, el recambio en la Jefatura del Estado, y sobre todo, el aumento en la conciencia de la mayoría social de este país que durante los últimos seis años ha visto como el precario Estado de bienestar del que disfrutábamos se ha ido desmantelando paulatinamente mientras era estrangulada por la precarización del trabajo, la perdida de coberturas sociales para las personas sin empleo y el estrangulamiento de la masa asalariada con subidas de impuestos, mientras las élites económicas y las clases burguesas y empresariales eran favorecidas con políticas fiscales más benévolas y con cambios legislativos que favorecían los despidos y las bajadas de sueldos unilaterales por parte de los empresarios. Esta mayoría ciudadana, que hasta este año se había limitado a la protesta y a la búsqueda de canalización de ese descontento que quedó patente en los primeros años de la crisis con movilizaciones masivas y nuevas formas de contestación, pero que no habían encontrado vías de llevar ese descontento al plano político. Hasta ahora. Porque, desde la irrupción del fenómeno, ahora partido, de Podemos, y de los movimientos de confluencias municipales llamados Ganemos, se ha abierto un escenario completamente diferente en el panorama político español.
A nivel local, Pinto no ha sido ajeno a toda esta vorágine. Los casi tres mil votos conseguidos por Podemos en las elecciones europeas dentro de nuestro municipio, supusieron una sorpresa mayúscula, sobre todo por lo incipiente que aún era el Circulo que por esas fechas se estaba creando en la localidad. Igualmente por esas mismas fechas comenzaba a fraguarse un movimiento de confluencia entre diversas organizaciones políticas y sociales que cristalizó a finales de Junio con la puesta en escena de Ganemos Pinto. Esta nueva organización ha canalizado las diferentes sensibilidades políticas que reclamaban un cambio en la forma de hacer política en Pinto, más cercana al ciudadano, transparente y participativa, donde los Pinteños fuesen los protagonistas y no los actores pasivos de una política hecha y pensada a espaldas de ellos.
Las perspectivas para el año que viene son, cuanto menos, emocionantes. El año electoral que afrontamos promete ser interesante. Las elecciones municipales, con nuevos personajes como Ganemos Pinto o Ciudadanos, van a dibujar un escenario inédito. La posible fragmentación del voto no solo acechará a los grupos de la izquierda, sino que, con la presencia de UPyD, Ciudadanos y PP, el abanico de posibilidades en la derecha y centro derecha se presume reñido. Por la izquierda, y a la espera de que Podemos termine su proceso de consolidación municipal, la creación de Ganemos Pinto ha supuesto la conjunción de una demanda social de cambio y transformación de la política municipal y, sobre todo, de una alternativa realmente de izquierda, no por la mera definición del término, sino por la asunción de los principios de justicia social, defensa del medio ambiente y de los servicios públicos como propios. A la acusación por parte de algunos de ser una mera “sopa de siglas” habría que invitarles a acudir a alguna de las diferentes comisiones y asambleas que desde el verano vienen desarrollando los integrantes de las distintas organizaciones que conforman la confluencia, con un nivel de debate de ideas alto y con una capacidad de consensuar proyectos y acciones que confirman que otra forma de hacer política, desde abajo y desde la izquierda es posible y que el tiempo de las cúpulas y las decisiones desde arriba, sin contar con las bases de los partidos ni con la ciudadanía en general, ha tocado a su fin.