El día de la mujer trabajadora
“¿No lo entiendo… y porqué no se celebra el hombre del día trabajador?”, cuantas veces han oído ustedes esa pregunta y otras similares, unas cuantas, verdad?, dardos lingüísticos envenenados lanzados de forma sibilina por aquellos que pretenden poner piedras en el camino lento y costoso hacia la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres.
Evidentemente no se celebra el día del hombre trabajador, porque los hombres no llevan siglos luchando por conseguir lo que por el simple hecho biológico de haber nacido de este sexo, tienen socialmente adjudicado y reconocido, el derecho y la igualdad de oportunidades en el ámbito laboral.
¿Es España un país igualitario o paritario? una inmensa mayoría opinará que ambas cosas, otros pensarán que es lo mismo lo uno que lo otro, otros tantos ni se lo habrán planteado (no va con ellos), y unos pocos opinarán que ni lo uno ni lo otro.
Este, nuestro país, se encuentra legislativamente hablando, entre los más avanzados del mundo respecto a legislación en igualdad, tenemos una Ley específica para este campo, se crean estamentos y comisiones para garantizar esa idílica igualdad, se aboga por la paridad en órganos de representación, como en las listas electorales de partidos políticos, en los consejos de ministros, etc, y digo yo, ¿porque no puede ser consejo de ministras, si es paritario?, pues muy sencillo, no puede ser por la simple razón que paridad no es igualdad.
¿Se puede considerar igualitario un país que mantiene en su norma legislativa madre, la Constitución Española, una articulo que discrimina al género femenino en el orden sucesorio a la corona, primando en el mismo grado el varón que a la mujer?, ¿es igualitario un país donde en sus más importantes órganos de gestión y representación judicial obvia la paridad tan demandada y falsamente vendida, como sucede en el Tribunal Supremo, Tribunal Constitucional, Consejo General del Poder Judicial, etc? Evidentemente, España NO es un país igualitario, ni tan siquiera paritario.
La sociedad patriarcal que rige nuestra forma de interactuar, articula mecanismos de defensa cuando se ve atacada en sus cimientos machistas, intentando confundir mediante la difusión de estereotipos sociales, generando falsos mitos y tergiversando la realidad, para hacer una auto-cura de moralina, adecuando su grado de opresión al género femenino, al nivel de presión social que recae en cada época.
Es obvio que la mujer no ha comenzado a trabajar al introducirse en el mercado laboral, lo lleva haciendo toda la vida, desde los inicios de las civilizaciones, en un trabajo tan duro y constante como poco agradecido, siendo el sustento del entorno familiar y permitiendo con su altruista generosidad el desarrollo profesional del hombre dentro del núcleo familiar.
La introducción del género femenino en el mercado de trabajo no ha hecho más que sobrecargarlas de funciones, convertirlas en super womans forzosas. ¿Hay quien todavía considere a las mujeres como el sexo débil? como puede denominarse “débil” a quien tiene la potestad de dar vida, de perpetuar la especie humana.
La realidad social, no las falacias que nos quieren hacer creer, es que para que una mujer sea reconocida profesionalmente al mismo nivel que un hombre, tiene que demostrar no lo mismo, si no más del doble, con el handicap añadido de recaer sobre sus espaldas el peso de las cargas familiares. Sé que muchos pensaréis que este es un pensamiento ancestral, descontextualizado, evidentemente la sociedad ha avanzado hacia una equidad en las cargas familiares, pero todavía estamos muy lejos de alcanzar la igualdad efectiva, cualquier opinión que desvirtué este pensamiento, siguen siendo mensajes dimanantes del propio machismo, con el único fin de desacreditar la lucha feminista por la igualdad real de derechos y deberes entre hombre y mujeres.
La discriminación existente se puede entender con una reflexión, cada cual que la interprete a su manera “la igualdad real y efectiva se conseguirá cuando una mujer mediocre sea Consejera Delegada de una gran empresa”.
¡Feliz día a todas las mujeres, porque todas sois trabajadoras!.