Elecciones Parte II: “A Spanish Story”
Cada vez se percibe como algo más factible la convocatoria de nuevas elecciones generales para este año 2016. Esta posibilidad nos coloca a los españoles en una posición de muchísima responsabilidad. Tenemos el derecho y el deber democrático de repasar lo ocurrido en los últimos meses para sacar las conclusiones necesarias para votar de acuerdo a la realidad y no a los cantos de sirena y las manipulaciones varias. Así, me he propuesto colaborar a tal fin con este artículo. Antes de nada os aseguro que lo más importante es votar, no podemos dejar de votar, porque estaríamos regalando la soberanía, regalando la democracia a actores que evidentemente no tienen los mismos intereses que nosotros.
Hace no mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana, podemos encontrar a Mariano Rajoy y a los demás miembros del PP intentando dar erróneas lecciones de democracia. Este grupo de personas, con los pies lejos de la tierra, aseguran que en democracia ha de gobernar la lista más votada. Esta afirmación, además de ser falsa, desvela una profunda ignorancia sobre el significado de la democracia representativa y el sistema político español. En nuestra realidad constitucional gobernará aquel que sea capaz de reunir más apoyos en el Congreso de los Diputados.
Pues bien, en esta realidad se encuentran PSOE, Ciudadanos y Podemos, como los tres partidos con más representación además del PP. Teniendo en cuenta que, en un principio, todos los partidos vetaron a Mariano Rajoy, lo natural es que PSOE y Podemos hubieran llegado a un acuerdo para avanzar hacia un “Gobierno de cambio”. Por un lado, natural porque teóricamente tienen mayor afinidad ideológica y programática y, por otro lado, porque juntos suman una cantidad muy superior de votos y de escaños a la que sumaría el PSOE con C’s (o Podemos con C’s). Es decir, un pacto entre PSOE y Podemos contaría con una legitimación más sólida en todos los sentidos: aritmético, social, ideológico y material.
Observando las circunstancias, los electores que confiaron en Podemos y en PSOE no entenderían que abandonaran la senda de las prometidas políticas sociales para pactar con C’s. Por su lado, Podemos decidió ser coherente con lo dicho, presentando un documento sobre el que trabajar un acuerdo con el PSOE. Pero esto no entraba dentro de los planes del PSOE, ellos querían otra cosa desde un principio.
Antes de continuar es necesario tener en cuenta algo: la diferencia entre lo que se supone que el “Partido Socialista” defiende y lo que luego realmente hace. Supuestamente el buen funcionamiento de los servicios públicos, pero luego aprueba junto al PP una reforma constitucional en 2011 que es radicalmente contraria a ello. Supuestamente defienden los derechos sociales de los ciudadanos, pero luego apoyan la aprobación de los tratados de comercio Europa-EE.UU. (TTIP, etc.), que nos deja prácticamente huérfanos de estos derechos.
Entonces llegamos a un punto realmente confuso: El PSOE dice defender ideas socialistas pero luego apoya políticas anti-persona; veta al PP por sus políticas de derechas y luego alcanza un acuerdo “irrompible”, rindiéndose ante esas mismas políticas, pero con otro actor (C’s). Sí, es confuso, pero todo tiene una explicación. El PSOE hace mucho que abandonó el socialismo, pero es consciente de que su nicho de votos seguirá siendo esa gente de izquierdas, y les necesitan para no perder los privilegios del poder. Así, el PSOE sabe aquello de que sus electores no entenderían ese radical cambio de rumbo, por lo que tendrían que trazar un plan para conseguir que lo aceptaran. Y lo hicieron. Y lo están llevando a cabo. Lo están llevando a cabo a la perfección. Analicemos en que consiste.
Para aparentar coherencia, el PSOE debía simular un rechazo absoluto al PP, y así lo hizo. A continuación, tenían que dejar fuera de juego a su presumible “aliado natural” (Podemos), para poder así asociarse con su verdadero aliado, la derecha, Ciudadanos, el cual muestra una cara mucho más moderada que el PP y parece más comestible para los votantes socialistas. Para ello, empezaron a construir un discurso que irían introduciendo en la opinión pública; el objetivo es sencillo: convencer a la ciudadanía de que las elecciones son malas y es necesario pactar a toda costa.
Como decía, el PSOE necesitaba deshacerse de Podemos, pero no se esperaba que los morados presentaran un documento que buscara un acuerdo real y coherente. Tuvieron que intentar criticarlo a toda costa para hacer creer que Podemos hace imposible el acuerdo de Gobierno y nos “condena” a esas “horribles” nuevas elecciones (vaya… qué miedo tienen a la Democracia). Mientras tanto, pactaban con C’s a sabiendas de que Podemos jamás aceptaría acuerdos de derechas (el referéndum a las bases lo avala), criticándoles después por no alcanzar un acuerdo a toda costa.
Como Podemos es malo y PSOE no suma los apoyos suficientes sólo con C’s, llega la siguiente fase. Ciudadanos le dice al PSOE que como hay que conseguir un Gobierno a toda costa, es necesario incluir al PP en las negociaciones. El PSOE acepta, por supuesto, esto ya estaba hablado de antes. Estaba tan hablado que ambas formaciones venían curándose en salud: cada vez que han hecho declaraciones públicas contrarias al PP en el Gobierno, se referían únicamente a Mariano Rajoy. “No queremos a Mariano Rajoy en el Gobierno” es lo único que repiten una y otra vez; no hablan en ningún momento del PP.
Y en estas nos encontramos, el último movimiento de Ciudadanos ha sido sacar de nuevo a colación la figura de un independiente (algo que criticaron ferozmente cuando lo propuso Pablo Iglesias) o de un diputado distinto a los actuales candidatos a presidente de Gobierno. Esta última opción le da un número muy elevado de probabilidades a Soraya Sáenz de Santa María, la cara que ha estado intentando vender el PP en la campaña, quizá como parte de todo este plan. Por otro lado, los “populares” (qué difícil se me hace llamarles así) volvieron a sacar del cajón el concepto de “gran coalición”.
Quizá les salga bien, o quizá les salga mal y vayamos de nuevo a elecciones, pero de lo que no hay duda es que el análisis de sus discursos y movimientos permite sacar claras conclusiones sobre esta estrategia. Conocemos sus intenciones: Sabemos que el PSOE traiciona; sabemos que el Partido Popular ha sido imputado ya dos veces como organización criminal, además de que patrocina todos los días, como mínimo, un caso de corrupción; y también somos conscientes de que Ciudadanos apoya las políticas que nos metieron en la crisis y a los partidos que nos traicionan y nos estafan (al PP de la Púnica en Madrid y al PSOE de los ERES en Andalucía).
Este es el escenario que se nos presenta, esta es el episodio que estamos viviendo de nuestra particular “Spanish Story”. No sabemos si habrá nuevas elecciones pero, en caso de que las hubiera, estamos avisados.