Opinión

Los Héroes Olvidados

“En la Puerta del Sol ayer se podía respirar emoción. Era contenida en muchos casos, y en otros más que palpable. Fue durante el homenaje que ofreció el Gobierno Regional de Madrid a todos los servicios de urgencia y a los voluntarios […]”. Así comenzaba el diario El País la crónica del homenaje que la Comunidad ofreció a los profesionales de emergencias del día 25 de Marzo del 2004, solo dos semanas después de aquel fatídico día en el que nos convertimos, sin quererlo, en héroes. Desde aquel día, una placa conmemora aquel día con un texto que comienza con esta frase: “Madrid, agradecido a todos los que supieron cumplir con su deber de auxilio […]”. Aquella mañana, la clase política nacional y regional se volcó en agasajarnos, en mostrarnos su reconocimiento y gratitud por nuestra entrega y sacrificio en hacer lo que mejor sabemos: Ayudar y socorrer.

Sin embargo, once años después todos aquellos gerifaltes, esos políticos a los que se les llenaba la boca alabándonos se han olvidado de nosotros. O mejor dicho, solo se han acordado de nosotros para hacer de nuestro trabajo una autentica carrera de obstáculos. Desde que pasasen aquellos luctuosos días, los trabajadores del Servicio de Urgencias Médicas de Madrid (SUMMA112) han visto como se ha ido deteriorando de manera progresiva sus condiciones laborales, así como la calidad del servicio que se presta. La Comunidad de Madrid, a través de la Gerencia del servicio, junto con las medidas de austeridad implantadas por el Gobierno central en 2012, han implantado una serie de recortes que inevitablemente han terminado por afectar a la calidad asistencial que presta el servicio.

La política de recortes de personal ha reducido la tasa de reposición de las jubilaciones de los trabajadores, a la vez que se han eliminado personal de refuerzo así como el cierre parcial de varios centros de urgencias. Asimismo se ha reducido el personal eventual que cubría las bajas y permisos de los trabajadores al aumentar la jornada laboral tras el Decreto de medidas urgentes del Gobierno de Rajoy del 2012.

Paralelamente el aumento de la carga de trabajo, unida a los recortes mencionados anteriormente, ha hecho que se relaje el cumplimiento de las normas de seguridad, disminuyendo e incluso eliminando en muchas ocasiones, por ejemplo, el tiempo requerido para realizar las revisiones de medicación y aparataje imprescindible para la correcta asistencia a los pacientes.

En materia laboral, la Administración lleva incumpliendo la Ley desde el 2007, año en que se aprobó el reconocimiento de la categoría de Técnico de Emergencias sanitarias, no creando la categoría profesional correspondiente. Este colectivo, que supone cerca del 50% de la plantilla, queda así en un limbo jurídico que resulta contradictorio con el estándar de calidad y excelencia que un servicio así debiera tener como objetivo, aparte del agravio comparativo que produce a un colectivo profesional en el que recaen importantes competencias en la asistencia del paciente pero que ni siquiera es considerado como personal sanitario.

La Administración ha hecho oídos sordos a los diferentes intentos de los profesionales de que fuesen escuchadas sus demandas y necesidades, así como con una pasividad y burocratización indignante de la representación de estos, lo que explica que hayan llegado al punto en el que nos encontramos. Distintos colectivos profesionales con diferentes problemáticas y sensibilidades se han visto empujados al conflicto laboral para conseguir una mejora tanto de las condiciones laborales como de la calidad asistencial que debe dar un servicio de emergencias que es referencia a nivel europeo en materias como la investigación en catástrofes o donación de órganos en asistolia. Muchos los acusaran de oportunismo por la cercanía de los comicios electorales del mes que viene. Estas voces no tendrán en cuenta, sin embargo, los años que estos profesionales, entre los que tengo el orgullo de encontrarme, llevan soportando unas condiciones de trabajo pésimas, intentando y casi siempre consiguiendo, que la falta de medios y las pésimas condiciones de trabajo redunden lo menos posible en la calidad de la asistencia a los pacientes, que es el leitmotiv que nos mueve a todos y cada uno de los casi dos mil trabajadores que conformamos el SUMMA112.

Carlos Barrero

Carlos Barrero

Inconformista por naturaleza. Defensor de causas perdidas. Activista sindical y militante de MIA Pinto y Ganemos Pinto. http://www.cabalarojo.blogspot.es

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