Operación Restauración: la etiqueta naranja
Ante la incapacidad de la clase dominante de resolver la crisis económica sin que merme más a la clase trabajadora y las clases subalternas, y como resultado de esto se pone en cuestión el Régimen del 78, la misma clase dominante ha puesto en marcha la revolución pasiva de la que hablaba el marxista Antonio Gramsci. La restauración desde arriba, asumiendo demandas populares y transformándolas para su propio beneficio y gracias al cuarto poder, confundir a las clases populares de que sí han tenido éxito. Un ejemplo de ello era el surgimiento del ala populista de corte progresista que representaba PODEMOS.
Comienza la Operación Restauración por parte del Régimen. Los resultados de las elecciones andaluzas han sido el trampolín para contraatacar la pérdida de apoyo del régimen bipartidista. Hablo de restauración porque consiste en que las fuerzas políticas que han sustentado el Régimen, el bipartidismo PP-PSOE, han logrado un balón de oxígeno para seguir haciendo el mismo papel. Estamos de acuerdo que Andalucía es otro terreno donde tienen su propio régimen que ha durado más de 30 años y que la fórmula electoral D’Hondt ha hecho crear el espejismo de que el batacazo del PSOE no ha sido tan fuerte cuando sí, pero gracias a que los poderes mediáticos del Régimen han sabido transmitir el mensaje de continuidad, en el resto del Estado español es el momento oportuno para acelerar este proceso. PODEMOS, como herramienta para embaucar a la clase obrera en un partido destinado a las capas medias, ha fracasado y fracasará a la hora de recibir el voto del electorado de derechas. ¿Por qué? Porque el Régimen ha sabido crear el “PODEMOS de derechas”, un populismo de derechas realmente peligroso, camuflado en la bandera populista y oportunista de “ni de izquierdas ni de derechas”, con otro discurso ciudadanista y un programa económico liberal claramente de derechas. Este partido-que si alguien no se ha dado cuenta aún, me refiero a CIUDADANOS– ha sido creado y está siendo impulsado por el cuarto poder en las tertulias y telediarios, que es donde se crea hegemonía cultural y política, para que el voto de castigo no caiga en el populismo progresista sino en el populismo de derechas. ¿Y con qué fin? Asegurar gobiernos de concentración, asegurar estabilidad política para así aplicar un programa económico de clase y liberal.
El cuarto poder, donde se cocina el sentido común y la opinión pública, sabe muy bien cómo hacer marketing político al vendernos a un partido de derechas como algo nuevo, con ideas nuevas, con un programa de centro cuando basta echar un vistazo para ver a auténticos fascistas en ese partido. Declaraciones como “el trabajador tiene que indemnizar a la empresa cuando es despedido” o “hay que enseñar a pescar a los andaluces” revelan una auténtica conciencia de clase…de clase burguesa, claro. Propuestas como quitar el derecho de asistencia sanitaria a personas sin papeles-no me gusta hablar de irregulares porque no son mercancías- demuestra la xenofobia y el racismo de CIUDADANOS. Votando en Cataluña las mismas mociones del PP los delatan. Su postura machista de “el aborto no es un derecho, sino un fracaso de la sociedad en general” también muestran su naturaleza ultraconservadora. Qué decir su alineamiento con la derecha europea. Regular el derecho de huelga de la clase trabajadora coincide, misteriosamente, con los reivindicaciones de la patronal de empresarios. Bueno, su líder, Albert Rivera –Albert “Primo de Rivera” para los más graciosos— era militante del PP y por lo visto no lo sabía o no se acordaba, ha recibido apoyos de grandes empresarios y de muchos periodistas de la extrema derecha. Cosas del centrismo.
Los que apostamos por la unidad popular, en una correlación de fuerzas de la clase trabajadora con las capas medias, debemos mirar a CIUDADANOS con preocupación. ¿Por qué? Porque si PODEMOS ha desechado la unidad popular del municipalismo y se erigen solo ellos como estandarte de la misma, CIUDADANOS puede hacer que la alianza social entre la clase trabajadora y las capas medias estalle por los aires. Su discurso vende muy bien, los medios de comunicación enfatizan la idea de que su programa es coherente, de sentido común, de centro.
Se avecinan tiempos de silencio para la unidad popular, en la que los grandes medios de comunicación intentarán silenciar estos proyectos de confluencia centrando su enfoque en CIUDADANOS. Empieza una nueva batalla política en la que las fichas de la partida de ajedrez ya están en movimiento y donde la partida empezó hace años. La unidad popular se incorpora a mitad de partida y CIUDADANOS también. Se disputa ahora el sentido común. Hay que dejar paso a más ideología y más discursos ideológicos, porque si no hacemos política con discurso ideológico, otros lo hacen y te lo hacen. Si la unidad popular no contrarresta con estos discursos ideológicos, CIUDADANOS seguirá haciéndolo y con ello, consiguiendo “unidad popular” y el apoyo de la pequeña burguesía de las capas medias.
Está claro que el nuevo escenario está por nacer, que el viejo panorama político está muriendo pero que en este claroscuro de tiempos de encuestas e inciertos, surgen los monstruos. El fascismo se viste de naranja.
3 Comments
Una alternativa de izquierdas gusta, una de derechas molesta? Para eso estan las urnas, para que cada uno con su voto exprese libremente su opinion. A mi no me preocupan las alternativas. Si me preocupan las promesas populistas e irreales de algun nuevo partido que ve en eso la forma de hacerse fuerte. Y lo ha conseguido. Ahora, pasara como en grecia? De lo prometido, nada, porque obviamente muchas cosas de las prometidas son inviables, irreales y absurdas.
Pero preocupa ciudadanos… Pues a mi no. Me encanta que haya nuevas alternativas que nos hagan salir del bipartidismo. Ya veremos en que quedan las promesas de algunos, para mi que en papel mojado.
Alternativa es cuando es algo totalmente diferente. El programa económico de Ciudadanos es el programa del PP en el año 2011. Es la derecha renovada.
Ya volvemos a la historia de siempre, en cuanto molesta algo…fascista.
Qué análisis tan pobre y sectario. No está a la altura del medio, que últimamente destaca por sus opiniones formadas. Supongo que Verstrynge es el modelo a seguir. En fin, lo que quedará por ver y leer hasta mayo.