Pinto y “Érase una vez…”
Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor. Con la situación que vivimos en este 2020, cualquier tiempo pasado, por muy malo que fuera, por supuesto que es mejor. También en Pinto.
Hace tiempo que la relación impuestos-servicios y cuidados del municipio no están equilibrados. Todo lo contrario. Lo primero no ha parado de subir, mientras lo segundo no ha dejado de bajar.
‘Érase una vez’ cuando se decía que Pinto era la Moraleja del Sur. Al margen de comparaciones con otras poblaciones –estereotipos que no llevan a nada-, Pinto estaba muy muy bien. Era la envidia de cualquiera que venía aquí. Un municipio limpio, seguro, agradable para vivir… Ahora, sin embargo, Pinto se ha convertido en uno de los municipios más descuidados del sur.
Los gobiernos que ha tenido el municipio en las tres últimas legislaturas han empeorado este proceso. Con el PP comenzó el principio del fin. Con Unidas Pinto caímos en el precipicio y con el PSOE la caída parece no tener fin. Basta darse una vuelta por cualquier calle de Pinto para ver que Pinto sufre un preocupante abandono. A eso se suma que nadie ha puesto coto a que Pinto se convierta en el basurero de Madrid. Resulta curioso que Unidas Pinto y PSOE se movilizaran en contra de la ampliación del vertedero hace un año y ahora no digan nada cuando se ha conocido la noticia. Seguramente sabían que esa movilización no valía para nada, salvo para ‘limpiar’ su imagen.
Creo que no lo estaba haciendo mal el gobierno del PSOE –dentro de las dificultades- hasta su ‘asociación’ de izquierdas con Unidas Pinto y Podemos. Desde entonces se ha paralizado todo. Un claro reflejo de esto son las colas cada mañana del Ayuntamiento para hacer cualquier gestión. Se supone que eso debía estar solucionado en ¡octubre!
Dentro de lo que permite la pandemia, se deben gestionar asuntos en el municipio. Dar una vuelta a la gestión, y esta tal vez pasé por no llegar a acuerdos con partidos que no hicieron nada cuando gobernaron para que Pinto al menos deje de ser un lugar sucio, inseguro y no tan agradable para vivir.
¿Por ejemplo? Porque no tener a asesores o técnicos del Ayuntamiento pateando las calles y no en una oficina cada día para ver los miles de problemas que existen.
Es una de las muchas ideas que se pueden aportar. Porque los impuestos que pagamos indican una realidad muy distinta a la que vivimos en el municipio.
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