Se pudo
Pues llegó el día. Este Sábado por fin el sueño que tuvimos hace un año se ha vuelto realidad. Hace trece meses comenzó un proyecto que, con paso titubeante al principio pero firme y seguro con el paso del tiempo, ha ido construyendo una alternativa que se ha ido consolidando con esfuerzo, sacrificio y la ilusión de docenas de personas que se lo han contagiado a miles en todo el municipio. Hoy se ha hecho realidad el sueño de lograr lo imposible.
Hace poco mas de un año, me embarcaba en la aventura del proyecto político del MIA. Las situaciones de deterioro de libertades, del llamado estado de bienestar, la precarización en las condiciones laborales, unido a diversos acontecimientos personales, como el nacimiento de mi segundo hijo, me hicieron plantearme que había que dar un paso adelante para defender todos los logros que nuestros padres y abuelos habían conquistado y que a este ritmo mis hijos no podrían disfrutar. Toda esta reflexión iba acompañada del convencimiento de que sin la convergencia de las distintas fuerzas transformadoras y de izquierdas existentes y emergentes, era imposible conseguir el objetivo final: Hacer una política diferente donde la transparencia, la participación ciudadana y la defensa de los Servicios Públicos y los derechos de los ciudadanos estén en el centro de las propuestas municipales. Gobernar para el pueblo con el pueblo.
Casi simultáneamente a mi incorporación al MIA comenzó a fraguarse esta confluencia. Estos, junto a simpatizantes y afiliados de EQUO, junto a miembros destacados de los movimientos sociales más representativos de la localidad, junto con el incipiente circulo de Podemos en Pinto, comenzaron a explorar un camino común, donde primaban los puntos de vista comunes y se debatía hasta la extenuación hasta lograr el consenso que hiciese avanzar el proyecto llamado Ganemos Pinto. Desde entonces, hace ya un año, se han ido dando todos los pasos necesarios para crear un proyecto sólido, creíble e ilusionante para la ciudadanía. Se dotó al proyecto de un código ético que enumerase los principios éticos de la confluencia y se construyo un proceso de toma de decisiones y de grupos de trabajo que fueron desarrollando un discurso y una propuesta no solo diferente, sino además factible. Hemos desarrollado un método de comunicación con propuestas imaginativas que ha conseguido hacer llegar a la población las ideas que desde los grupos de trabajo han ido saliendo. Y lo más importante. Poco a poco hemos ido sumando personas y colectivos a este proyecto. Comenzaron por subirse al barco los compañeros de Frente Cívico, aportando su lucha y experiencia reivindicativa y política al proyecto. Y comenzaron a unirse numerosas personas anónimas que vieron en Ganemos Pinto un proyecto en el que merecía la pena embarcarse. Pasamos del centenar de personas de la primera asamblea a finales de Junio a tener cerca de 250 personas inscritas como miembros o simpatizantes del movimiento.
Todo este camino no habría sido posible sin las miles de personas que han creído que el sueño que unos cuantos tuvimos hace un año era posible. Que éramos capaces de llevarlo a cabo. Durante estos meses hemos ido comprobando como poco a poco la gente nos iba conociendo, iba descubriendo nuestras ideas y las nuevas formas de hacer política que queremos implantar, y paulatinamente se iban adhiriendo al proyecto o nos daban sus muestras de apoyo y afecto en la calle, en nuestro trabajo, en nuestro barrio. Y hemos sido capaces. Hemos conseguido que una idea, un sueño, pudiese plasmarse en una realidad.
Capítulo aparte merecen las personas que se encuentran detrás de las que hemos construido la confluencia. Nuestras familias. Han comprendido el momento que vivimos y que estamos en una oportunidad única. Han entendido que nosotros, sus familias, hayamos dado un paso al frente para cambiar la situación. Y nos han apoyado y comprendido. Han soportado nuestras reuniones, nuestras actividades, nuestros actos. Han participado con su presencia, su comprensión y su apoyo. Desde aquí quiero mostrar mi agradecimiento y reconocimiento a todos ellos y en especial a mi mujer, por aguantar mis ausencias y aportar su punto de vista critico que me ha ayudado a mejorar. Y a mis hijos por ese apoyo, porque ellos son la razón principal de embarcarme en este sueño. Una de las experiencias más bonitas que he tenido estos meses es ir acompañado de mi hija mayor a las reuniones, ver cómo le encantaba salir con su padre a pegar carteles y como, a su modo, ha comprendido que Ganemos Pinto había llegado para intentar mejorar su vida y sus expectativas de futuro.
Ahora queda lo más duro. Hemos conseguido conquistar las instituciones, pero ahora queda hacer que estas sirvan a aquellos a los que siempre tendría que haberlo hecho. Hay que conseguir que el Ayuntamiento sea una institución que sirva para mejorar la vida de los vecinos y de respuesta a las necesidades de estos y no un monstruo burocrático que devore nuestros recursos sin dar soluciones a sus carencias y necesidades, dejando a un lado a los más débiles y necesitados. Tiene que ser también un espacio de participación donde los vecinos, las organizaciones sociales, las asociaciones, el pequeño comercio, se sientan protagonistas de la vida municipal y aporten sus ideas para mejorar la vida del municipio y encuentren en todos y cada uno de nosotros, soluciones y respuestas a todos sus problemas e inquietudes. Porque Ganemos Pinto no es sólo sus concejales y su alcalde. Es mucho más. Somos docenas de hombres y mujeres decididos a cambiar nuestro mundo. Y estoy seguro de que todos y cada uno de nosotros va arrimar el hombro, a poner todos sus esfuerzos y conocimientos para que los siete que nos representan en la corporación puedan llevar adelante este sueño que hace un año vió la luz.
Queda lo más difícil. Ya estamos en el sitio donde poder llevar a cabo nuestro proyecto. Ahora toca ponerlo en práctica. Seamos realistas. Hagamos lo imposible.