Señor alcalde: rompa su carnet del PSOE y defienda Pinto

Los que vivimos en Pinto sabemos que es un pueblo tranquilo, en el que se vive sin grandes sobresaltos y que pocas veces aparece en medios nacionales. También sabemos que al estar situados en el sur de la Comunidad de Madrid se nos escucha y se nos tiene en cuenta menos que a otros municipios. Para muestra, nuestro amado vertedero. Nótese la ironía.

El jueves 5 de mayo, la Asamblea de Madrid debatió una proposición no de ley del grupo parlamentario de Más Madrid en el que se pedía la paralización de la ampliación del vertedero de Pinto. Este nuestro vertedero supone una aberración medioambiental y la Mancomunidad del Sur aprobó hace relativamente poco su ampliación, lo que complica el cumplimiento de la promesa de nuestro alcalde de que se cerrará en 2025.

Me gustaría aclarar que una proposición no de ley carece de fuerza legislativa. Es decir, que se apruebe lo que se apruebe -o se rechace lo que se rechace- no es vinculante para ningún gobierno, solo sirve para instar a que se haga o que se deje de hacer algo. En otras palabras, una PNL es una declaración de intenciones de un grupo político con respecto a un tema. En el caso que nos atañe, esta PNL fue rechazada por el Partido Popular- que merece un artículo aparte – y por la ultraderecha de Vox. Estos dos partidos en Pinto defienden que se cierre el vertedero, pero en la Asamblea de Madrid, sede de la soberanía popular de todos los ciudadanos de la Comunidad, han votado en contra. Cada uno tiene sus motivos y las urnas pondrán a cada uno en el lugar que les corresponda.

Más Madrid – primera fuerza de la oposición- y Unidas Podemos votaron a favor. El PSOE, como nos tiene acostumbrados, se puso de perfil absteniéndose. Según el PSOE de Pinto, el PSOE de Madrid se abstuvo porque Más Madrid no aceptó las enmiendas que proponían para establecer una nueva estrategia de residuos y para cambiar el modelo caduco de las Mancomunidades por el del Consorcio que contaría con la participación del Gobierno regional. Es decir, que les pudo el ego y no supieron sumar. Cierto es que el resultado no hubiese sido distinto, pero las intenciones de cada uno han quedado claras.

Se me hace difícil entender cómo el PSOE de Pinto, que normalmente se pone detrás de la pancarta exigiendo el cierre y la no ampliación del vertedero, defienda lo que han hecho sus compañeros madrileños, que no es otra cosa que ponerse de perfil ante una situación que perjudica a todos los habitantes de Pinto, sean de izquierdas, de derechas o “medio pensionistas”, como se suele decir. Además, no entiendo cómo el alcalde de Pinto, el socialista Diego Ortiz, tras dimitir como vicepresidente de la Mancomunidad (unos meses después de que el PSOE fuera expulsado de la Plataforma en contra del Vertedero) y tras poner una pancarta que cubre la fachada principal del Ayuntamiento mostrando su rechazo, sea capaz de defender lo indefendible.

En un mundo ideal, en el que nuestros políticos tuvieran una verdadera vocación de servicio público, nuestro alcalde y todo el grupo de concejales del PSOE hubiesen dimitido de sus cargos orgánicos, hubiesen abandonado el partido que les encumbró a la Alcaldía y hubiesen hecho una defensa férrea de sus vecinos, pues al fin y al cabo son los que les votan. Profundizando en ese mundo ideal, podrían haber mantenido sus actas como independientes y, de cara a las próximas elecciones municipales, se hubiesen sumado a ese “Frente Amplio” que pretende aglutinar a las fuerzas a la izquierda del PSOE, pues han sido las únicas que al menos han mostrado su predisposición por defender a los pinteños.

Nunca es tarde si la dicha es buena. Por eso, señor alcalde, le insto -sin presentar ninguna proposición no de ley- a romper su carnet del PSOE y a defender alto y claro la salud de los vecinos de Pinto. Así, podrá volver a ponerse este domingo tras la pancarta de la manifestación que se celebrará en Getafe. De otra forma, será difícil explicar a la ciudadanía que el PSOE se haya puesto de lado ante lo que se considera un atentado medioambiental.