Tras el 26-J
Esta mañana de lunes 27 de junio de 2016, cuando me he levantado, de no ser por el Sol y el incipiente calor matinal, hubiera creído que estábamos a 21 de diciembre de 2015. España, sigue igual, o incluso peor. No por los quien ha ganado las elecciones, sino por todos los resultados de los diferentes partidos, en estas decimoterceras elecciones tras la llegada de la democracia. Me gustaría analizar a los cuatro grandes partidos, entre los que, a mi juicio, hay sorpresa, falta (o exceso) de liderazgo, caras largas y sobreestimación.
Comenzando por Ciudadanos, me gustaría señalar la pérdida de 8 diputados frente al 20D. Desde C´s no saben leer la realidad social, política o económica de España, ni tan siquiera con el gran apoyo mediático y demoscópico con el que cuentan todas las campañas. En Cataluña, Comunidad de la que son originarios, sí, se han mantenido con pero pasan a ser la última fuerza. Muy malos resultados para la formación de Albert Rivera, que si quiere que su partido continúe de la mejor manera posible, debería dejar paso a otro líder.
En Unidos Podemos debe sostenerse un clima decepcionante. El conglomerado de izquierdas que lidera Pablo Iglesias, ha sido el gran perdedor de la noche electoral. Si a los diputados de Podemos el 20D, les sumamos los diputados conseguidos por Izquierda Unida, en esos mismo comicios, obtenemos 71, los mismos conseguidos ayer. Pero ese no es el dato relevante. Lo importante aquí es la pérdida de 1.200.000 votos, pese a la suma de IU. Es decepcionante o sangrante, como quieran llamarlo. A razón de esta pérdida de votos, se abren dos debates. El primero de ellos, y el más claro, es el liderazgo de Pablo Iglesias. Ha fallado estrepitosamente y debería marcharse. Su imagen, mucho más dura y menos diplomática que otros miembros de su partido, ha mermado los resultados el 26J. Debería dar un paso atrás, dando un ejemplo de regeneración.
El segundo debate atiende a Izquierda Unida dentro de Unidos Podemos. Desde mi punto de vista, IU debería irse de esta unión. Por un motivo muy claro. La coalición de Podemos e IU ha obtenido los mismos diputados que si se sumaban los ya obtenidos el 20D, esto para IU quiere decir que la pérdida de su marca e identidad, no han tenido ningún incentivo. Si yo fuese IU, para quedarme como estoy, recupero mi imagen y vuelvo a la senda de partido fuerte dentro de la izquierda española.
El caso del PSOE es el claro ejemplo de ganar perdiendo. En el PSOE cundía el pánico antes del 26J. No se conseguía movilizar al votante socialista y el sorppaso era casi evidente. Todo era un espejismo demoscópico. El PSOE, aun perdiendo 5 diputados, sale victorioso de estos meses, que si bien han sido apuntados por los votantes por el pacto con C´s, tampoco ha sido una sangría de votos. Pero el PSOE, no solo tenía el problema de cuanto iba a perder en estos comicios, tenía un problema interno, de liderazgo, y este problema se disipa. Pedro Sánchez está mucho más legitimado, hoy en día que la otra gran líder del partido Susana Díaz, por la simple razón que 77.000 votos de los 120.000 perdidos por el PSOE, pertenecen a la Comunidad liderada por la líder socialista. En Andalucía ha ganado el PP. A ver ahora quien le dice dentro del PSOE a Sánchez que se vaya, cosa que quizá si le digan a Díaz.
Pero es el Partido Popular el gran ganador del 26J. No solo ha vuelto a ganar, ha ganado con más ventaja. Los casos de corrupción, pagos en B o la falta de calidad democrática ejercida estos últimos 4 años de mayoría absoluta, no son suficientes para que sean derrotados. El PP logra 14 diputados más que en diciembre, toda una paliza a sus adversarios. Estos resultados de los populares zanjan el debate de la guillotina a Rajoy. Quién va a ser el guapo, como lo pedía Rivera o Sánchez de pedir la cabeza de Rajoy, mucho más legitimado que ellos a la hora de gobernar. Supongo que nadie. Ahora, está por ver qué pasa con los pactos. Es probable que la derecha acabe gobernando, puede que incluso en minoría con la coalición PP + C´s. No sé, quizá estemos a 21 de diciembre de 2015. Algunos ganan, España pierde. Y no por que gane el PP, sino porque la participación, el hartazgo de la sociedad es casi irreversible. La participación, situada en un 68% es muy baja, de las peores de la historia en nuestro país. Eso es grave y me preocupa.