Sexto episodio de Pinto y la Batalla del Jarama: “El Hospital de Sangre”
A los pinteños que pasan hoy por su lado, nada les hace intuir la terrible historia que encierra este sobrio edificio que fue Centro de Cultura y que ahora permanece vacío y solitario. Nadie tampoco parece recordar el dramático nombre por el que se le conoció durante dos fatídicos años: fue el Hospital de Sangre de Pinto.
Este edificio, conocido antiguamente como “La Casa del Grande”, fue reformado a mediados del siglo XIX por las madres ursulinas para albergar en él un colegio de huérfanas. Desde entonces ha tenido una vocación educativa.
Siempre ha sido así salvo en un lapso de tiempo (1937-1939) en el que el monstruo de la guerra lo transformó completamente: Las aulas se convirtieron en quirófanos, los pupitres se cambiaron por mesas de operaciones y el vocerío alegre de los niños fue sustituido por los gritos de dolor de aquellos soldados a los que se les escapaba la vida por sus heridas.
En Febrero de 1937 la Guerra devoraba la juventud española en el valle del Jarama. El Hospital de Sangre de Pinto era el más cercano a la línea de frente y era aquí donde llegaban los heridos en combate para recibir su primera cura. La capilla del edificio –la que hasta el hundimiento de su techo en 2010 ha sido la iglesia parroquial de San José- servía entonces de sala de clasificación de los heridos. Allí al personal médico le quedaba la amarga tarea de decidir a quién valía la pena pasar a quirófano y quien tendría que morir en esa misma sala.
Allí, en el Hospital de Sangre de Pinto, hace ahora 78 años, cientos de hombres de uno y otro bando perdieron lo más precioso que tenían: sus vidas. Sirvan estas líneas para rendirles un sentido homenaje.
“La guerra es traición y odio, torpezas de generales ineptos, tortura y muerte, nausea y cansancio, y cuando todo ha terminado, lo único que quedan son nuevos desalientos y nuevos odios“.
John Steinbeck
1 Comment
Interesante y bien detallados, como de costumbre, los capítulos de la batalla.
Enhorabuena cronista.
Migueltxo