En agosto se utilizó la piscina municipal de Pinto para una celebración privada
- El PP lo califica de “fiesta de carácter privada impulsada por un promotor especializado por este tipo de eventos”.
- El Ayuntamiento de Pinto lo desmiente y el Grupo Municipal Socialista califica la información de “bulo”.
El pasado mes de agosto, un trabajador de la empresa municipal Aserpinto autorizó el uso del merendero al responsable de la cafetería tras el cierre de la piscina municipal. Este hecho, salió a la luz el pasado lunes 13 de septiembre a raíz de una denuncia pública del Grupo Municipal Popular. Tras el incidente, Aserpinto abrió expediente disciplinario contra el trabajador.
El grupo Popular pidió durante la Comisión de Gestión Municipal el informe policial o atestado de la Policía Municipal además de la confirmación por parte del Equipo de gobierno de estos hechos. En este sentido, desde el PP critican que Alejandro Robles, concejal de Seguridad, “no ha sido capaz de responder a ninguna de las cuestiones planteadas”. Por ello, los populares acudieron a los órganos de control de la empresa municipal para confirmar si su presidente, el alcalde Juan Diego Ortiz, era conocedor de la autorización del uso de las instalaciones de la piscina municipal que derivó en una “sala de fiestas”.
En la denuncia del PP, calificada como “bulo” por el Grupo Municipal Socialista, se indicaba que “según ha podido saber nuestra formación, el pasado mes de agosto se celebró una fiesta de carácter privada- impulsada, además, por un promotor especializado en este tipo de eventos”.
Ante tales afirmaciones, desde el Ayuntamiento de Pinto se informó de que “el Equipo de Gobierno Local no ha autorizado ningún tipo de fiesta o reunión privada en la piscina municipal”. Además, el Ejecutivo Local reconoce haber tenido conocimiento de lo sucedido el mismo día de los hechos, dando cuenta inmediatamente a Aserpinto para que iniciara los trámites disciplinarios oportunos.
Por último, desde el Gobierno Municipal han querido aclarar que “en ningún caso se trata de una fiesta con ánimo de lucro, sino de una celebración privada que, desde luego, no ha sido autorizada por parte del Gobierno Local ni por el equipo directivo de Aserpinto y, desde luego, no se tenía conocimiento de la misma puesto que es una autorización de uso que el trabajador de Aserpinto da a título individual y sin seguir los cauces habituales”.