El debate Mujer en el Deporte recuerda que la igualdad todavía tiene carencias
- Las participantes se abrieron al público para contar sus experiencias en cuanto al machismo en el ámbito deportivo
La igualdad entre mujeres y hombres parece establecida, pero la charla de Mujeres y Deporte dejó clara una idea: en los últimos 50 años se han abierto puertas, pero todavía quedan muchas por abrir. La situación recibió un impulso hacia la mejora y se lograron grandes avances gracias a la Democracia y la firma de la Constitución de 1978, donde el papel de la mujer en la vida conseguía abarcar distintos terrenos a los que se le habían atribuido, como el cuidado de la casa, los niños y el marido.
El encuentro de ayer en la Casa de la Cadena entre las mujeres más representativas del deporte en Pinto se sucedió con grandes anécdotas y opiniones específicas sobre el papel de la mujer en el deporte. Los estereotipos sociales y culturas y los obstáculos que han vivido las invitadas durante su carrera fueron los puntos que más destacaron y suscitaron mayor interés entre el público.
El salón de actos del centro no veía ocupados todos sus asientos cuando a las 17:00h de la tarde del sábado se daba comienzo al acto. Tres puntos principales a debatir y un público con permiso de participar arropaban a las cinco deportistas pinteñas invitadas, acompañadas además por la concejala de Igualdad y la concejala de Actividades Deportivas del Ayuntamiento de Pinto.
Las representantes de las mujeres deportistas que participaban en el debate fueron aquellas que han logrado y han trabajado las mejores carreras deportivas. Eva Del Pozo es judoca profesional. Se hizo con la victoria en numerosos campeonatos de España y Europa y actualmente es entrenadora de cinturón negro. Aurora Viejo, cofundadora del club Gimnasia Rítmica de Pinto y actual presidenta de la Asociación Nacional de Gimnasia Estética. Teresa Iñiguez, atleta profesional durante 20 años, y actualmente técnica de la Federación Española de Atletismo. También es fundadora del club running.
Ana Díaz Gálvez, la más joven de todas, que con tan sólo 16 años es jugadora de futbol y actualmente juega en el Adyc (Asociación Deportiva y Cultural de Pinto) en el equipo senior masculino. Su posición es de mediapunta y gracias a su impecable juego, el año pasado ascendieron a Tercera. Y por último, pero no menos importante, sino al contrario, la mujer con más recorrido en la lucha por la igualdad en el deporte entre hombre y mujeres, Amelia del Castillo. Ella es la fundadora, presidenta de honor del club Atlético de Pinto. Fue entrenadora en 1963 y posteriormente presidenta del club. Tiene 73 años. En 1973 recibió la medalla al Merito Deportivo de la Comunidad de Madrid.
Amelia del Castillo llegó casi a ser presidenta del Atlético de Madrid. Y como honra a su trayectria, en el año 2000, el Ayuntamiento de Pinto con el apoyo de todo el pueblo, le puso su nombre al Estadio Municipal. “Ha sido lo más bonito que me ha pasado, por reconocimiento en vida y más de los pinteños, es todo un orgullo” dice, y se emociona al recordarlo.
Con emoción comienza el debate, donde el primer punto trata de los estereotipos sociales y culturales que todavía existen en el deporte femenino. La opinión de todas es completamente ilustrativa de que aún se pueden ver “micromachismos” en cuanto a las mujeres, y opinaba Teresa Íñiguez, que no sólo en el deporte, sino en demás ámbitos de la vida. Decía que ella, siendo coordinador de la Federación de Atletismo, todavía cuando se presenta como tal tiene que aguantar comentarios sobre su belleza, en lugar que ser reconocida por su trabajo.
Amelia del Castillo, que vivió una época más antigua que las demás invitadas, reconoce que se han logrado abrir algunas “puertecillas” gracias a la lucha de mujeres que querían la igualdad con respecto a los hombres, pero que quedan muchas puertas aún cerradas. La joven Ana Díaz apuntaba que ella todavía no tenía la carrera de sus compañeras de mesa, pero que en sus vivencias sí que había tenido que soportar ciertos comentarios despectivos por ser mujer.
Aunque sin duda, la historia sobre el efecto de los estereotipos sociales y culturales en la vida real que más llamó la atencioón fue la de Eva del Pozo. La judoca compartió con los asistentes el momento en el que enfermó de anorexia al verse influenciada por los cánones de belleza que se imponen a la sociedad día a día en cualquier ámbito. Afirmó que cuando tenía 14 años, y siendo 2ª en España, quisó adelgazar para competir en un peso menor, y que por culpa de ciertos comentarios relacionados con su físico llegó a perder 10 kilos en dos meses. Eva aseguró que fue una situación muy difícil y dura, de la que sólo salió en el momento en el que sus padres le dijeron que o comía o la quitaban de judo. Ella, enamorada de este deporte, decidió volver a la normalidad y seguir compitiendo porque era lo que ella más quería.
Estas cinco importantes mujeres coincidieron en una cosa. Es muy importante la educación que se le inculca a los niños. Cuando una persona se inicia en el mundo del deporte, y en uno específicamente, es necesario que sus padres estén bien pendientes de ellos y de su evolución,. Y no sólo eso, sino que todos los problemas comienzan cuando se separan las actividades en “para niñas” y “para niños”, porque aseguran que todos, tanto chicos como chicas están capacitados para realizar cualquiera de ellas. Resaltan la increíble necesidad de inculcar valores de igualdad a los niños ya que ambos sexos pueden hace cualquier deporte.
“El deporte antiguamente era únicamente masculino”, afirma Amelia del Castillo. Las mujeres no tenia cabida en la actividad física profesional. Poco a poco la mujer se adentró en aquellos deportes que eran practicados por hombres, pero la antítesis la encontramos en la Gimnasia Rítmica, donde Aurora nos da su visión especializada. Generalmente este deporte ha sido de chicas, desde su creación, pero en la actualidad ocurre lo que ocurrió antiguamente con otros deportes, que el genero que no estaba establecido para ese deporte ha comenzado a adentrarse en él, es decir, que ahora los chicos son lo que comienzan a practicar la Gimnasia Rítmica. En Europa no existe una regulación de la normativa adecuada para el sexo masculino, mientras que en España sí existe una normativa específica para hombres, distintamente de las mujeres por motivos físicos.
Eva, sin embargo, asegura que desde sus inicios ha vivido un deporte muy igualitario en cuanto a porcentaje de chicas y chicos que participan en él. Dice que el 50% de la plantilla donde trabaja son mujeres, por lo que no se ve una desigualdad en este aspecto, pero que la desigualdad aparece fuera del deporte, en casa o en la calle, donde muchas personas no ven bien que la mujer sea la deportista de una pareja o matrimonio, cuando en realidad necesita más apoyo para afrontar su actividad deportiva y como madre.
Las experiencias de las invitadas calaron en los asistentes que se prepararon para seguir con el punto más esperado por su mensaje secundario, las mayores dificultades que han vivido las integrantes de la mesa durante su carrera deportiva. En este punto, el moderador preguntó cuál fue el momento más difícil que tuvieron que superar.
En este contexto se produjo el momento más emotivo de la tarde. Amelia del Castillo comenzaba la sección contando cuál fue su peor momento en cuanto a su carrera. Ella es la fundadora del Atlético de Pinto, lo que le constó sudor y lágrimas, y más cuando, siendo ya presidenta del club, se vio coaccionada a firmar su propia dimisión ya que querían deshacerse de ella porque “una mujer no podía estar al frente de un equipo de fútbol” según su explicación. Al recordar este sufrido momento se le llenaron los ojos de lágrimas, y rompió a llorar cuando agradeció a uno de los presentes, y socio del club, que años más tarde le reconocieran su trabajo nombrándola presidenta de honor del Atlético de Pinto, el equipo de sus sueños. El salón respondió con un caluroso aplauso.
Hablando también de fútbol y en relación a la existencia de equipos, Ana explicó que su peor vivencia, hasta el momento por su aún corta carrera, fue cuando corroboró que no tenía equipo de fútbol en el que participar porque no existía equipo femenino. Ana desde los 10 años ha estado jugando con chicos en sus equipos y cuando en la categoría de Alevín la Federación la obligó a abandonar los equipos masculinos se vio sin poder jugar a su deporte favorito. Estuvo un tiempo dedicándose al baloncesto, pero unos años después el Adyc le ofreció jugar con el equipo senior masculino. Esta es la dificultad de Ana que no hay suficientes jugadoras en Pinto como para formar equipo íntegro de mujeres, por lo que tiene que jugar con hombres o irse a jugar a un club de otra localidad, como Valdemoro.
El fútbol es el deporte rey de España, y el más establecido como masculino durante años, por lo que es donde más maschismo se sufría. Mientras que en el atletismo o en el judo a la hora de practicarlo no se veía tanta desigualdad. Teresa y Eva así lo afirman. La atleta asegura que durante su carrera en activo no sufrió machismo, mientras que cuando llegó a ocupar un alto cargo, comprobó que ahí es donde más desigualdad hay y no se acepta aún del todo a las mujeres. Asegura que aún a muchos hombres les choca ver a mujeres entrenadoras o coordinadoras de la Federación. Mientra Eva, que ya había afirmado que en su deporte había tantos hombre como mujeres, afirma que su mayor dificultad fue coordinar el deporte con los estudios, también muy necesarios en la vida real, para cuando la carrera deportiva se acabe, que en el caso de los deportistas de élite es pronto.
Como ya se ha dicho, gracias a mujeres luchadoras como estas hemos logrado que el deporte se viva com mayor igualdad que antes. Se han abierto muchas puertas, las mujeres están en el mismo nivel que los hombres; pero todavía nos queda una, que a los hombres no les llame la atención o les moleste que una mujer sea un igual a ellos, o incluso en ocasiones, un cargo superior. Cuando se consiga esto y no se vea mal que una mujer dedique mas tiempo al deporte que a su vida personal, entonces habremos dado un paso todavía mayor hacia la igualdad entre el hombre y la mujer.