Érase una vez una mujer llamada Memoria: Parte 2

Esto ya lo hicieron en los 70

Hasta 1961, la mayoría de ordenanzas laborales suponen despidos forzosos de las trabajadoras al contraer matrimonio y hasta 1966 no se permite a las mujeres ejercer como magistradas o juristas, según apunta el diario ABC. Ya a finales de los 60, las mujeres empezaron a organizarse para luchar por la legalización y dispensación de los métodos anticonceptivos. Según explica la abogada y feminista Cristina Almeida, en la Facultad de Derecho en la que ella estudiaba en Madrid había un total de 27 mujeres, también asegura que la educación no fue obligatoria para las mujeres hasta 1970.

Los 70. Cuarenta años después de que Montseny intentase dar a las mujeres la libertad de decidir sobre su maternidad, en las Cortes de los tiempos del destape,  apenas había media docena de diputadas y un par de senadoras. María Telo Núñez, después de estar cuarenta años sin pisar el cine por no cantar el Cara al Sol, desde las entrañas de un poder judicial lleno de hombres, terminaba, de una vez y para siempre, con la licencia marital.

Tras las I Jornadas Nacionales para la Liberación de la Mujer que tuvieron lugar en diciembre de 1975 en Madrid, se produce una eclosión de grupos feministas en todo el país. Las mujeres se pusieron pronto en marcha y así se celebraron diferentes jornadas feministas, entre las que destacan, las Jornades de la Dona en Cataluña en mayo de 1976. También es un hito de la lucha feminista el caso de las 11 de Bilbao, en referencia al enjuiciamiento de once mujeres por haber abortado, así nos lo explica María Martínez González, investigadora del Centro de Estudios sobre la Identidad Colectiva en El movimiento feminista en la España Contemporánea. Hasta el año 1978, el adulterio es delito en España y suponía penas de cárcel de hasta seis años, con agravante de género en el caso de las mujeres.

 La movida feminista

A principios de los 80, las asociaciones y colectivos de mujeres siguen expandiéndose por toda la geografía, incluso por los pueblos del sur de Madrid. De esta forma, en el municipio madrileño de Fuenlabrada se crea la Asociación 8 de Marzo, el primer colectivo feminista de la localidad, que estuvo funcionando algo más de tres años y que, entre otras actividades, convocaba ponencias contra los despidos de trabajadoras.

En 1981, se aprueba la ley del divorcio, en 1983 nace el Instituto de la Mujer y más tarde llegaría una nueva ley del aborto. Pero todo esto no se habría conseguido sin la presión ejercida en la calle y las propias propuestas de reformas y de leyes hechas por las feministas.

“Nosotras parimos, nosotras decidimos”, “somos mujeres, no incubadoras” y “no se ve, no se ve el cambio para la mujer” se coreaba en las manifestaciones a principios del año 1983 en Madrid y en la Ciudad Condal. Pancartas y perejil como símbolo del método abortivo clandestino. Las feministas de entonces entregaron al entonces presidente del Gobierno un comunicado en el que exigían que se reconociera el derecho al aborto, como una decisión de la mujer embarazada y que debía estar financiado por la red sanitaria pública, centros de información sexual y campañas de divulgación controladas por las mujeres que proporcionasen anticonceptivos de forma gratuita a toda la población, según informa un artículo fechado el 3 de febrero de 1983 en el diario El País.

En 1988, se organizan en Santiago de Compostela otras jornadas estatales que abordaron temas como la violencia contra las mujeres, la prostitución, y la pornografía. En 1989, se aprueba el sistema de cuotas y se acuerda que por obligación en el PSOE un 25% de sus representantes sean mujeres; un 33% en el caso de Izquierda Unida.