Las Ursulinas abandonan Pinto
En junio de 1933 se aprueba la Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas. La principal consecuencia fue regular la prohibición de ejercer la enseñanza a las órdenes religiosas. Esta ley supuso una ruptura definitiva del diálogo entre el poder religioso y el gobierno del primer bienio. La jerarquía emitió una dura protesta y Pío XI promulgó la encíclica Dilectissima nobis, que condenaba al régimen republicano.
En agosto de 1933, las religiosas de la Sagrada Familia de Burdeos se ven obligadas a abandonar el colegio de San José de Pinto al entrar en vigor dicha ley. Las religiosas llevaban 77 años en el Colegio que tenían en Pinto y se dedicaban a la enseñanza de niñas huérfanas, manteniendo clases gratuitas para las niñas pobres del pueblo. La marcha de las religiosas fue sentidísima, particularmente por las clases humildes que recibían innumerables beneficios. El edificio fue arrendado por el Patronato del Colegio de Huérfanos de Médicos, el cual se encargó, con profesores seglares, de la enseñanza de las huérfanas de la clase médica. Anteriormente se hallaban éstas confiadas a las citadas religiosas de la Sagrada Familia.
El Patronato de Médicos mantuvo una clase gratuita para niñas de Pinto, recogiendo así a aquellas que, por la marcha de las religiosas, quedaron sin escuela. Este rasgo fue muy elogiado en el pueblo.
La victoria de la derecha en las elecciones generales de noviembre de 1933 marcaría el inicio del bienio radical-cedista, donde se paralizó y se retrocedió en la política educativa reformista impulsada en la etapa anterior. A principios de 1934 las religiosas regresarán al colegio de Pinto.
Aprobado el proyecto de construcción de dos escuelas
Por otra parte, dado el pésimo estado de las escuelas de Pinto y después de las múltiples solicitudes del Ayuntamiento de Pinto durante los años 32 y 33, el Ministerio de Instrucción Pública aprueba por decreto a finales de septiembre de 1933 el proyecto para la construcción en Pinto (Madrid) de un edificio con destino a dos
escuelas graduadas para niños y niñas. La construcción de esta importante dotación contaba con un presupuesto de 163.258,24 pesetas. Desgraciadamente nunca llegó a construirse.