El mundo entero celebra el Día Internacional del Periodista
Este jueves, como cada 8 de septiembre, se celebra el Día Internacional del Periodista. Se escogió esta fecha en homenaje al periodista checo Julius Fucik, ejecutado, concretamente por el sistema del ahorcamiento, por los nazis el 8 de septiembre de 1943. Fucik, antes de su asesinato, fue capturado por la Gestapo, trasladado a Berlín, encarcelado y torturado. Todas sus vivencias dentro de los barrotes están reflejadas en su obra póstuma Reportaje al pie de la horca, traducida a un total de ochenta idiomas.
Como Fucik, miles de informadores en todo el mundo son perseguidos, torturados y en muchas ocasiones, ejecutados por aquellos a los que no les interesa que se sepa la verdad. Interesantes las palabras del teniente coronel de estrategia de la escuela Superior de las Fuerzas Armadas españolas tras la guerra de Irak: “el riesgo de morir para los periodistas durante la guerra fue ocho veces mayor que para los soldados”. Y es que, si ser periodista, ya conlleva sus riesgos, ejercer en territorio comanche es jugarse la vida a cada instante, aunque, a diferecia de lo que propugna la leyenda urbana, no cobran mucho más que los que optan por quedarse en las redacciones. Desde aquí deseamos que todos los compañeros desaparecidos en conflictos armados, o en cualquier otra circunstancia, vuelvan pronto a casa.
Tampoco se pueden dejar pasar por alto los casos de profesionales de la información que han sido cesados de sus puestos de trabajo por motivaciones políticas en España, ni que las mujeres periodistas en este país cobran de media un 17% menos que sus homónimos varones, un 19% menos en el conjunto de la Unión Europea, como apunta la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ni que son escasos los periodistas que al salir de la facultad encuentran un empleo remunerado. Sin embargo, a pesar de todas las adversidades, el equipo de La Voz de Pinto quiere felicitar, en la víspera de sus dos años de andadura, a todos los periodistas del planeta y les anima a que sigan siendo ese cuarto poder tan necesario y a que sean garantes de la democracia, recordando en todo momento que, como decía el gran Ryszard Kapuscinski: “los cínicos no sirven para este oficio”.